María en la Boda de Cana:
Jn. 2, 5 Hagan lo que El les diga
Ante la falta de
vino, María podría buscar alguna
solución humana para el problema que se había planteado pero no duda en
dirigirse inmediatamente a Jesús: No tienen vino (Jn 2,3). Sabe que Jesús no tiene vino a su
disposición; por tanto, verosímilmente pide
un milagro. Y la petición es mucho mas audaz porque hasta ese momento
Jesús aun no había hecho ningún milagro. Al actuar de ese modo, obedece sin
duda alguna a una inspiración interior, ya que , según el plan divino, la fe de María debe preceder a la primera
manifestación del poder mesiánico de Jesús, tal como precedió a su venida a
la tierra. Encarna ya la actitud que Jesús alabara en los verdaderos
creyentes de todos los tiempos: Dichosos los que no han visto y han creído
(Jn 20, 29)
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La Fe
de María precede la venida de Jesús al mundo
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La Fe
de María precede la primera manifestación del poder mesiánico de Jesús
·
Jesús
alabara la Fe de María
María no renuncia a su petición, hasta el punto de implicar a los
sirvientes en la realización del milagro esperado: Haced lo que el os diga
(Jn 2, 5). Con la docilidad y la
profundidad de su fe, lee las palabras de Cristo mas allá de su sentido
inmediato. Intuye el abismo insondable y los recursos infinitos de la
misericordia divina, y no duda de la respuesta de amor de su Hijo. El milagro responde a la perseverancia
de su fe.
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La importancia de la perseverancia
María se presenta así como modelo de
una fe en Jesús que supera todos los obstáculos.
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La fe que supera todos los obstáculos
María en la vida publica de Jesús:
También la vida
publica de Jesús reserva pruebas para la fe de María. Por una parte, le da alegría sabré que la predicación y los
milagros de Jesús suscitaban admiración y consenso en muchas personas. Por
otra, ve con amargura la oposición cada vez mas enconada de los fariseos, de
los doctores de la ley y de la jerarquía sacerdotal. Se puede
imaginar cuanto sufrió María ante esa incredulidad, que constataba incluso
entre sus parientes: los llamados ¨hermanos de Jesús¨ es decir, sus pariente, no creían en el e
interpretaban su comportamiento como inspirado por una voluntad ambiciosa (Jn
7, 2-5). María aun sintiendo dolorosamente la desaprobación familiar, no
rompe las relaciones con esos parientes, que encontramos con ella en la
primera comunidad en espera de Pentecostés (Hch 1, 14). Con su benevolencia y su caridad,
María ayuda a los demás a compartir su fe.
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¿Cómo vivir desde la fe ante las dificultades
en nuestras familias?
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¿Cómo actuar con los que no creen,
especialmente dentro de las familias?
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¿Cómo motivar la fe de los demás al ejemplo de
María?
María junto a la cruz de Jesús:
Jn. 19, 25 Junto a la cruz de Jesús estaban su
madre, la hermana de su
madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús al ver a su madre
y junto a ella al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre.
En el drama del Calvario, la fe de
María permanece intacta.
Para la fe de los discípulos, ese drama fue desconcertante. Solo gracias a la
eficacia de la oración de Cristo, Pedro y los demás, aunque probados,
pudieron reanudar el camino de la fe para convertirse en testigos de la
resurrección.
María se mantuvo llena de valentía en
ese momento dramático.
Ciertamente, fue la fase mas dura de su peregrinación de fe (cf. Lumen
Gentium, 58). Pero ella pudo estar
de pie porque su fe se conservo firme. En la prueba, María siguió creyendo
que Jesús era el Hijo de Dios y que , con su sacrificio, trasformaría el
destino de la humanidad.
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¿Cómo no perder la fe en medio de las
dificultades y sufrimientos?
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¿Donde encontró María la valentía para estar
¨de pie¨
Lumen Gentium 58:
Así avanzo también
la santísima Virgen en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente su unión
con el Hijo hasta la cruz, junto a la cual, no sin un designio divino, se
mantuvo de pie ( Jn 19, 25) sufriendo profundamente con su unigénito y
asociándose con entrañas maternales a su sacrificio, consintiendo
amorosamente en la inmolación de la victima que ella misma había engendrado.
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La colaboración de María en el plano de la
redención
María en la Resurrección de Jesús:
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María de Pentecostés
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María en el nacimiento de la Iglesia: Pentecostés, la Eucaristía, y la Iglesia
La resurrección fue
la confirmación definitiva de la fe de María. Mas que en cualquier otro, la
fe en Cristo resucitado transformo su corazón en el mas autentico y completo
rostro de la fe, que es el rostro de la alegría.
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